martes, 25 de agosto de 2020

13-09-2020: JORNADA PONTIFICIA POR LOS SANTOS LUGARES


Paz y Bien.

Como ya muchos conocéis, la Colecta Pontifica por los Santos Lugares, que se lleva a cabo en todo el mundo cada Viernes Santo,  este año, debido a la pandemia del covid-19, se ha trasladado al próximo domingo 13 de septiembre. Somos conscientes de la grave situación sanitaria, social y económica que el mundo entero está atravesando, pero lo cierto es que este año se necesita mucho más que otras veces nuestra colaboración con Tierra Santa pues, como hemos tratado en varias ocasiones,  la falta de peregrinaciones está afectando muy seriamente la economía de muchísimas familias que se han quedado sin trabajo y, por tanto, sin los recursos económicos necesarios para vivir. Y si el problema causado por la pandemia sanitaria ya es grave de por sí, a primeros de agosto nos sorprendía la tremenda explosión en el puerto de Beirut que ha traído consigo unas trágicas consecuencias para El Líbano. Tampoco podemos olvidarnos de la durísima situación que atraviesa la nacion Siria desde hace años, así que hoy en día estamos más obligados que nunca a apelar a vuestra caridad para con nuestros hermanos más desfavorecidos de la Iglesia Madre de Jerusalén. 





“Por tal motivo, el Santo Padre Francisco ha aprobado la propuesta de que la Jornada Pro Terra Sancta del año 2020 sea colocada en el domingo 13 de septiembre, dada su proximidad a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (lunes, 14 de septiembre).

Dicha fiesta, que recuerda el descubrimiento de la Santa Cruz por Santa Elena, y de hecho supone el comienzo del culto público en Jerusalén, con la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro, será un signo de esperanza y salvación encontrado después de la pasión a la que muchos pueblos están ahora asociados, así como de solidaridad y cercanía con aquellos que continúan viviendo el Evangelio de Jesús en la Tierra donde todo comenzó”.

Card. Leonardo Sandri, Prefecto para la Congregación de las Iglesias Orientales.

Si alguien no puede colaborar con su donativo en la colecta, que se llevará a cabo en todas las parroquias el domingo 13 de septiembre, puede enviarlo a la cuenta de la Comisaría de Tierra Santa:

BANCO POPULAR (GRUPO SANTANDER) 
ES30 0075 7007 86 060 673 3003 




TAMBIÉN EXISTE LA POSIBILIDAD DE ENVIAR 


LOS DONATIVOS A TRAVÉS DE BIZUM, 

ESTE ES NUESTRO CÓDIGO: 00771


Todas las parroquias, conventos, hermandades y otras entidades religiosas, recibirán en unos días los materiales de la Jornada por los Santos Lugares que no pudieron salir de nuestra Comisaría en fechas previas a la Semana Santa, como es habitual, debido al confinamiento, pero también pueden descargarse aquí actualizados:






NO LO OLVIDES: TIERRA SANTA TE NECESITA

MUCHAS GRACIAS POR TU AYUDA

viernes, 14 de agosto de 2020

Solemnidad de la Asunción de la Virgen en Jerusalén


Paz y Bien.

El 15 de agosto es fiesta grande para todo el orbe católico, que en este día celebra con gozo la Asunción de la Santísima Virgen María. Valga recordar los miles de pueblos y ciudades de todo el mundo que festejan en esta fecha a María como su Patrona bajo infinidad de hermosas advocaciones, fruto del cariño por su Madre de muchas generaciones de cristianos. Pero es en la Ciudad Santa de Jerusalén, testigo permanente de la Redención de Jesucristo, donde este acontecimiento adquiere una mayor relevancia.

«Hija de Sión, alégrate porque el Señor está en ti, Salvador y Rey» Za 2, 14
“La Escritura ha observado un silencio total sobre el final de María a causa de la grandeza del prodigio, para no confundir el espíritu de los hombres”. Así se expresa san Epifanio en su Panarion (78.10-11.23). Pero si la Escritura se muestra silenciosa, la Tradición, en lo que a Ella atañe, ha sido abundante y, algunas veces, contradictoria. Incluso hoy, a algunos peregrinos de Jerusalén les cuesta distinguir el lugar de la Dormición de la Virgen, en el Monte Sión, y el de la Tumba de María, en el Torrente Cedrón, 
Abadía de la Dormición, en el Monte Sión:

Según la tradición recogida por el apócrifo “Dormitio Virginis”, la Virgen murió en el Monte Sión y fue enterrada en el Torrente Cedrón. La iglesia conocida como “Agia Sión”, ubicada muy cerca del Cenáculo, en su nave norte, recordaba la Dormición de María. San Sofronio de Jerusalén (s. VI) se refiere a“la piedra donde la Virgen se recostó para morir”. En lo que fue la basílica cruzada había una edícula que contenía esta inscripción: “Exaltata est sancta Dei Genitrix super choros angelorum” (la santa Madre de Dios ha sido exaltada sobre los coros de los ángeles), para recordar el tránsito de María. La actual basílica (1906), de planta circular, y la abadía, están a cargo de una comunidad de monjes benedictinos.
Tumba de la Virgen María, en el Valle del Cedrón:

La tradición jerosolimitana ha colocado siempre el sepulcro de la Virgen en el torrente Cedrón, según los relatos apócrifos “Dormitio Virginis” y “Tránsitus Mariae”, de los siglos II y III, que recogen la tradición apostólica de la vida de María en Jerusalén, de su enterramiento en ese lugar y de su gloriosa Asunción. La Tumba de María, excavada en la roca, fue transformada en santuario por el emperador Teodosio el Grande, aislando la cámara sepulcral a semejanza del Santo Sepulcro. En el siglo VI el emperador Mauricio edificó aquí una iglesia en honor de la Virgen, dejando el sepulcro como cripta; esta es destruida por los persas, y luego los cruzados la reedificaron conservando la disposición de la cripta, levantando la “Basílica de Santa María en el Valle de Josafat”.  Saladino la destruyó cuando conquistó Jerusalén, en 1187, pero respetó la cripta en honor de “La Señora María, Madre del Profeta Jesús”. Este santuario estuvo en manos franciscanas hasta el siglo XVIII, pero ahora es atendido por griegos y armenios ortodoxos, y sigue siendo uno de los más venerados por las comunidades cristianas.
En Jerusalén las celebraciones suelen estar presididas por el Custodio de Tierra Santa, comenzando con una vigilia de oración la víspera de la fiesta, en el jardín situado frente a la entrada de la basílica de Getsemaní. 
El día 15, la solemne Eucaristía de la fiesta tiene lugar en la Basílica de La Agonía, conocida también como “de las Naciones”, en Getsemaní, y por la tarde, en la Gruta de los Apóstoles, se celebran las segundas vísperas, seguidas por la peregrinación a la Tumba de María. Este último lugar es propiedad de los griegos ortodoxos pero, como varios otros lugares, por el “Status Quo”, se puede visitar oficialmente una vez al año, el día de la festividad.
San Buenaventura dice de San Francisco: “Amaba con indecible afecto a la Madre del Señor Jesús, por ser Ella la que ha convertido en hermano nuestro al Señor de la majestad y por haber alcanzado nosotros misericordia mediante Ella. Después de Cristo, depositaba principalmente en la misma su confianza; por eso la constituyó abogada suya y de todos sus hermanos” (LM 9,3). A Ella nos seguimos encomendando en estos duros tiempos que nos está tocando vivir a causa de la pandemia, provocada por el covid-19, confiando en su maternal protección, y le presentamos de modo particular al querido pueblo libanés que sufre además las trágicas consecuencias dimanadas de la devastadora explosión ocurrida en el puerto de Beirut el pasado 4 de agosto.
Feliz fiesta de la Asunción de María. 
Que el Señor os dé la Paz.

miércoles, 5 de agosto de 2020

La Transfiguración del Señor: El mundo necesita un «tiempo de Tabor»



Paz y Bien.

En vísperas de la fiesta de la Transfiguración del Señor, cuando nos encontrábamos preparando esta entrada sobre aquél acontecimiento gozoso del Monte Tabor, nos llegan las terribles imágenes de la explosión en el puerto de Beirut que nos llenan de dolor, pensando en lo que va a suponer esta nueva tragedia añadida sobre los habitantes de aquella zona de Tierra Santa, tan castigada de por sí por las guerras y este año, además, por la pandemia del covid-19. 



En la capital del Líbano, a no mucha distancia del lugar de la explosión, se encuentra el convento franciscano de San José, de la Custodia de Tierra Santa. Gracias a Dios, las noticias que nos llegan de los frailes de aquella fraternidad nos tranquilizan en cuanto a lo que a su salud se refiere, no así a la situación de la iglesia y el convento, considerado patrimonio histórico de Beirut, que han sufrido graves daños.


Pero lo que nos deja más tristes y preocupados son las primeras cifras que están llegando: más de un centenar de fallecidos, los heridos superan los cinco mil, y se barajan decenas de miles de damnificados por los destrozos o pérdida total de sus viviendas, trabajos, etc. Según los frailes, hasta 300.000 personas (aproximadamente una cuarta parte de la población de la ciudad) podrían quedar sin hogar, incluso están convencidos de que las víctimas serán muchas, muchas más, porque el vecindario y el área del puerto están densamente poblados, llenos de oficinas y actividades comerciales: "Cuando salí a la calle, vi las casas destruidas y eso me dolió aún más: todo sucedió después de una crisis económica muy difícil para el Líbano"- dice uno de los hermanos.- "En los últimos meses, todo ha empeorado y el coste de la vida se ha vuelto muy alto. Muchas personas ya habían perdido sus trabajos. Me dolió pensar en la gente pobre. Soy religioso pero las personas que tienen familias, hijos, ¿cómo van a reparar su hogar? "…


Varias personas os habéis interesado desde ayer por aquéllos frailes y en cómo enviar vuestra ayuda económica para paliar algo los daños sufridos en la zona; de momento no tenemos ningún proyecto abierto con ese fin, pero, si queréis hacerlo, podéis enviar vuestro donativo a la cuenta de la Comisaría de Tierra Santa, indicando en el concepto “Líbano”, y así serán transferidos a la Custodia, como hacemos con los demás proyectos concretos:

BANCO SANTANDER IBAN ES30 0075 7007 8606 0673 3003


El Custodio de Tierra Santa, Fr. Francesco Patton, ha publicado un mensaje en el que nos invita a la oración: “He invitado a todos a rezar por los fallecidos, los heridos y sus familias: «Señor Jesucristo, Príncipe de la Paz, da paz al Líbano, y María, Reina del Líbano, protege a todos sus hijos». Recogemos su mensaje y oramos por sus intenciones, y pedimos también que os unáis todos los que nos seguís por nuestros medios de comunicación, rogando al Señor que se apiade de su pueblo y le conceda la paz y la salud, un tiempo de gozo después de tanto dolor, que nos haga exclamar como a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan en el Tabor : “¡Qué bien se está aquí!”. 


Mc 9,2-ss:

“En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

-«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»...”

El monte Tabor, claramente distinguido de las otras cumbres de Galilea, se eleva 450 metros sobre la llanura y 588 metros sobre el nivel del mar. La montaña se encuentra al este de Nazaret, desde la cual está a solo ocho kilómetros de distancia en línea recta, incluso si en el suelo la distancia es mucho mayor. Para la tradición cristiana este es el lugar donde aconteció el episodio de la transfiguración de Cristo, aunque ninguno de los tres evangelistas que lo relatan pone nombre al lugar.

A pesar del dolor, seguimos orando y confiando en el Padre de la misericordia, recordando la profecía de Jeremías (31, 13):

"...se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en regocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza;". Que el Señor os dé la Paz.


sábado, 1 de agosto de 2020

2-8: Santa María de los Ángeles, el Perdón de Asís


Paz y Bien.

Cada dos de agosto, toda la Orden Franciscana celebra la fiesta de Santa María de los Ángeles, y  en esa  fecha tiene lugar lo que conocemos como “la Indulgencia de la Porciúncula”, o “el Perdón de Asís”. Al principio solo podía ganarse  en la pequeña capillita de la Porciúncula, entre la tarde del día uno y la del dos de agosto, pero en nuestros días este privilegio se extiende a todos los creyentes que, cumpliendo los debidos requisitos, visiten cualquier iglesia franciscana ese día. 
Desde nuestra Comisaría de Tierra Santa, todos los años organizamos algunas peregrinaciones a Italia haciendo lo que llamamos “Ruta Franciscana”, dentro de la cual la visita a la Basílica de Santa María de los Ángeles, en Asís, en cuyo interior se custodia la capilla de la Porciúncula, constituye uno de los puntos clave del viaje. Lamentablemente, este año, por la pandemia del covid-19, que nos ha afectado mucho, tanto a Italia como a España, no ha podido ser. 
Encomendamos a Nuestra Señora de los Ángeles y a N. P. San Francisco, la pronta recuperación de los enfermos de uno y otro país,  la paulatina recuperación de la normalidad de la vida cotidiana, a la vez que rogamos por el Eterno Descanso de todos los fallecidos a causa de esta grave crisis sanitaria. 

«Encontrándose el bienaventurado Padre Francisco junto a Santa María de la Porciúncula, una noche le fue revelado por el Señor que tenía que ir al Sumo Pontífice, el Señor Papa Honorio, que entonces estaba en Perusa, para impetrar la indulgencia para la iglesia de Santa María de la Porciúncula, que él había reparado hacía poco. Levantándose al alba, llamó a su compañero fray Maseo da Marignano y se fue al dicho señor Papa Honorio, le dijo: ‘Padre santo y señor mío, hace poco que he restaurado una iglesia en honor de la Virgen gloriosa; suplico a Vuestra Santidad que otorguéis una indulgencia sin tener que dar una limosna’. Respondiéndole, el Papa dijo: ‘No es oportuno hacerlo; en efecto, quien pide indulgencia es necesario que extienda su mano para ayudar. Pero dime, cuántos años quieres y cuanto de la indulgencia debo yo poner’. San Francisco e respondió: ‘Padre Santo, ¡séale grato a Vuestra Santidad no el darme años sino almas!’ El señor Papa dijo: ‘¿Cómo, quieres almas?’ Respondió el bienaventurado Francisco: ‘Quiero, Padre Santo, si es del agrado de Vuestra Santidad, que cuantos confesados y contritos, y, como es debido, absueltos por el sacerdote, entrenen dicha iglesia, sean librados de la pena y de la culpa, en el cielo y en la tierra, desde el día de su bautismo hasta el día y la hora de su entrada en la dicha iglesia’. Y el Señor Papa replicó: ‘Es una cosa muy grande lo que pides, Francisco, pues nunca la Curia romana acostumbró a conceder una indulgencia semejante’. Dijo el bienaventurado Francisco: ‘Señor, lo que pido, no lo pido por iniciativa mía, sino de parte de Aquél que me ha mandado, es decir, del Señor Jesucristo’. Entonces el Papa le interrumpió al instante, diciendo tres veces: ‘¡Nos place que la tengas!’. Los señores cardenales que estaban allí presentes intervinieron: ‘Poned atención, Señor, que si concedéis a este una indulgencia tal, destruís la de ultramar’. El Señor Papa respondió: ‘Se la hemos dado y concedido; no podemos ni debemos anular lo que hemos hecho. Pero modifiquémosla, para que se extienda sólo a un único día natural’. Entonces volvió a llamar a fray Francisco y le dijo: ‘He aquí que desde este momento concedemos que quienquiera se acerque a dicha iglesia y entre en ella contrito y bien confesado, sea absuelto de la pena y de la culpa. Y queremos que esto tenga valor cada año para siempre, sólo por un día natural, desde las primeras vísperas incluida la noche hasta las vísperas del día siguiente’. Entonces el bienaventurado Francisco, inclinando la cabeza, se disponía a salir del palacio y el Señor Papa viéndolo que se iba le volvió a llamar diciéndole: ‘Oh simplicísimo, ¿cómo es que te marchas? ¿Qué cosa llevas contigo de esta indulgencia?’. El Bienaventurado Francisco respondió: ‘Me es suficiente vuestra sola palabra. Si es obra de Dios, ¡Él debe manifestar su obra! Di esto no quiero ningún otro documento; sino que la carta sea la Virgen María, Cristo sea el notario y los testigos los Ángeles”. »


Con la esperanza de que pronto podamos volver a visitar los lugares  del origen de la Orden Franciscana, os deseamos una feliz fiesta de Santa María de los Ángeles. Que el Señor os dé la Paz,