Paz y Bien.
La Custodia de Tierra Santa cuenta con cinco miembros más. Este pasado 15 de octubre, la iglesia de San Salvador de Jerusalén acogió la profesión solemne de un total de once hermanos de la orden de los frailes menores. Un motivo de alegría para los encargados de guardar los lugares que vieron pasar en vida a Jesús de Nazaret.
«Cumpliré al Señor mis votos, en presencia de todo el pueblo, en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén», fue la invitación que hizo la comunidad franciscana de Tierra Santa a participar en este momento tan importante. Procedentes de países como Italia, Siria, Irak, Filipinas o Sudáfrica, los nuevos frailes concluyeron su camino de discernimiento con la profesión solemne y con el ingreso oficial en la orden.
La celebración estuvo presidida por Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, y participaron en ella religiosos de numerosos países, así como las familias de los nuevos frailes, y miembros de las iglesias maronita, siria y copta.
«Ahora vuestra pertenencia a Él se hace más profunda y se concreta a través de la profesión pública de cumplir el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio, y en castidad. Y así, este acto se convierte en la respuesta de toda vuestra persona: una respuesta que os implica con todo lo que sois», comentó en su homilía el Custodio de Tierra Santa.
Para Patton, lo ocurrido el día sábado en Jerusalén fue la celebración de un compromiso generoso. «Una respuesta de amor que debe ser definitiva y, como decía nuestro padre fundador, ‘que nos compromete en todas partes, en cada lugar, a cualquier hora y en todo momento, cada día y sin interrupción'», señaló el fraile.
El Custodio añadió que, cuando las fuerzas flaquean, el fraile debe mirar siempre hacia Él. «La perfección evangélica está en seguir a Jesucristo día tras día, obedientes y castos para toda la vida. Teniendo la mirada fija en Él, y permitiendo que Jesús vuelva a levantarnos cada vez que caemos, y aferrando su mano cada vez que sentimos que tocamos fondo», apuntó.
La celebración contó con momentos de especial emotividad, como cuando los profesos se tendieron en el suelo y escucharon la oración de la asamblea. Al finalizar el rezo de las letanías, cada uno de ellos, en su idioma, leyó la fórmula de la profesión de manos del Custodio de Tierra Santa. La alegría de los nuevos frailes se expresó con un caluroso abrazo con los hermanos presentes, acompañado de un aplauso general.
Los nuevos miembros de la Custodia deberán seguir colaborando, tras su profesión, en una obra que se remonta a 800 años atrás. Cuando San Francisco de Asís envió a sus frailes a constituir la «provincia de ultramar» para: custodiar, en nombre de la Iglesia Católica, los Santos Lugares, testimonios de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Una provincia que en la actualidad engloba Israel, Palestina, Siria, Líbano, Chipre, Jordania, Egipto, Grecia, además de tener conventos en España, Italia, Argentina y Estados Unidos.
Unas cifras que alcanzan hoy los 300 frailes, 80 santuarios, 25 parroquias, 18 escuelas, cinco casas para enfermos y huérfanos, seis albergues de peregrinos, tres institutos académicos, dos editoriales, 1.074 puestos de trabajo, 630 viviendas para familias necesitadas, 500 becas para universitarios y 1.470 casas reconstruidas en Siria.
* Fuente: Tomado de Fundación Tierra Santa .
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