Paz y Bien.
Hace sólo unos minutos ha concluido la Fiaccolata (Procesión de antorchas) con el Rosario de San José en el Santuario de Nazaret, desde la Gruta de la Anunciación hasta la Cripta de la Sagrada Familia en estas vísperas de la solemnidad de San José, en su año jubilar. Anteriormente ha tenido lugar el rezo de las Primeras Vísperas de la fiesta, ambas celebraciones han sido presididas por Fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa. Con estos actos daban comienzo las celebraciones litúrgicas en honor del Santo Patriarca.
La tradición cristiana señala en Nazaret, además del lugar de la Anunciación, la iglesia de San José, denominada también de la Nutrición porque allí Jesús pasó los años de su vida oculta aprendiendo el oficio de su padre.
La orden de los Frailes Menores cuenta desde los primeros siglos con una larga tradición de cariño y devoción al humilde carpintero de Nazaret, empezando por San Antonio de Padua, para el que José “representa al cristiano que, insertado en la Iglesia por la fe en Cristo, debe crecer de bien en mejor y dar frutos de vida eterna” (Sermones, SS. Inocentes, 2) y San Bernardino de Siena, que lo presenta como aquel que “fue elegido por el eterno Padre como protector y custodio fiel de sus principales tesoros, esto es, de su Hijo y de su Esposa, y cumplió su oficio con insobornable fidelidad” (Disc. II sobre San José).
Para celebrar dignamente este año dedicado a San José, la Custodia de Tierra Santa ha decidido dar particular solemnidad a la fiesta anual de San José y organizar liturgias especiales
Sabemos por parte del peregrino Arculfo (670) que en Nazaret “se encontraban dos iglesias, una en medio de la ciudad, colocada sobre dos arcos donde había sido construida la casa en la que Jesús vivió su vida oculta. Y, la otra, en el lugar donde se encontraba la casa en la que entró el ángel Gabriel y habló a María”. En el siglo XVI, Quaresmio habla de un lugar denominado por los nazaretanos “Casa y taller de San José”, donde hace tiempo existía una iglesia dedicada al Santo. La apócrifa Historia de José, el carpintero, narra la muerte y sepultura del padre putativo de Jesús, en Nazaret, describiendo cómo el mismo Jesús lo asistió y confortó en el momento del paso de esta vida a la eternidad. Sabemos también cómo algunos de sus parientes habían quedado en la ciudad, según nos cuenta el historiador judío-cristiano Egesipo (s.II ) y que Eusebio de Cesarea menciona en su Historia Eclesiástica: -“De la familia del Señor quedaban aún los sobrinos de Judas llamado hermano, según la carne, los cuales fueron denunciados como pertenecientes a la familia de David”. Ellos se defendieron delante del emperador Domiciano (81-96 de C.) mostrando sus manos encallecidas como consecuencia de sus trabajos en el campo y fueron puestos en libertad. Es de suponer que estos parientes del Señor hayan tenido parte importante en la conservación de los recuerdos cristianos en Nazaret.
"Acuérdate de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tu oración ante aquel que pasaba por hijo tuyo; intercede también por nosotros ante la Virgen, tu esposa, madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos." San Bernardino de Siena, franciscano.
Para saber más, pincha aquíQuienes lo deseen, podrán conectarse por internet (9,30h España) a través de la página del Christian Media Center, para seguir la misa solemne desde Nazaret mañana, pinchando aquí
¡FELIZ DÍA DE SAN JOSÉ!
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