Sevilla, 28 de mayo 2019. Encuentro de Oración por la Paz en Tierra Santa.

Paz y Bien.

   Queremos compartir con vosotros la crónica de este encuentro de oración que nos ha enviado fr. Alfonso García, ofm, desde Sevilla, que, como recordaréis muchos, hasta el pasado año fue Vicecomisario de Tierra Santa. Desde estas líneas queremos agradecerles tanto a él, como a la Hermandad de Santa Marta, su oración y cariño por la Tierra del Señor.

   "Hace unos años, la Hermandad de Santa Marta de Sevilla pidió a la Custodia de Tierra Santa hermanarse con la fraternidad franciscana del Santo Sepulcro de Jerusalén. El Custodio, en aquel tiempo fray Pierbattista Pizzaballa, accedió a la solicitud, pero pidiéndole a la hermanad sevillana que, entre otros compromisos, en sus cultos debían orar por Tierra Santa y por la Custodia franciscana.

   Pues bien, la Hermandad no sólo ha sido fiel cumplidora de tal exigencia, sino que también, desde hace cinco años viene convocando en Pascua un encuentro de oración por la paz y los cristianos perseguidos. 

   Ayer tuvimos el de este año. Fue un encuentro hermoso, devoto y concurrido. Tuvimos la alegría que participara con nosotros la Fundación Pontificia "Ayuda a la Iglesia Necesitada", que aportó a la celebración un bello icono griego traído desde la ciudad Siria de Homs, con la particularidad que se observaban en él huellas de balas incrustadas, testimonio de la situación de violencia y guerra que le ha tocado vivir a aquel país.

 “Abrazo de paz”. Este ha sido el lema del encuentro de escucha de la palabra de Dios, reflexión y oración por la paz.

   Bien sabemos que la paz es herencia de Jesús, el Señor resucitado. Logro de su muerte en el Calvario, derribando el muro de la enemistad y el odio. Y como herencia y memoria hay que transmitirla, hay que construirla.

   San Francisco de Asís lo hizo en 1219 abrazando, con su presencia pacífica, Tierra Santa, y desde entonces es para nosotros símbolo del abrazo que todo cristiano debe ofrecer en lo más profundo de su ser a esta tierra que es, en cierto modo, cuna de nuestra fe.

Los hijos de san Francisco han querido ser siempre instrumentos de paz en Tierra Santa y han logrado conservar los santuarios evangélicos y a una comunidad cristiana que recibe fuerza y gracia en ellos para ser testigos del evangelio de la paz.

   Sintiéndonos en comunión con ellos y por ellos hemos ofrecimos nuestra oración."

Fr. Alfonso García Araya, ofm.