lunes, 4 de septiembre de 2017

Peregrinar a Tierra Santa: Una experiencia preparada y vivida con intensidad.


Nos siguen llegando testimonios de peregrinos que acaban de regresar de su peregrinación a Tierra Santa. Creemos importante compartir estas experiencias para enriquecimiento mutuo, animar a quienes aún dudan en visitar la Tierra del Señor Jesús y, sobre todo, para gloria suya.

Entresacamos algunas impresiones de dos personas que han estado a últimos de agosto (Fr. Emérito Merino ha sido su guía acompañante) con el grupo de la parroquia madrileña de La Milagrosa y otras personas de distinta procedencia que se unieron a él:


“Tenemos que dar las gracias sinceras a todos, porque nos hemos sentido acogidos como en familia; mejor dicho, sin el como. Gracias a todos por vuestra amabilidad, vuestra confianza, vuestros brazos siempre abiertos. Y gracias, seáis o no del Grupo de La Milagrosa, o seáis de Málaga, o de otras zonas de Madrid, o de Argentina o Méjico… Gracias, especialmente, al Padre Emérito por sus enseñanzas y su saber que nos ha transmitido de forma tan cercana y afectuosa. Gracias, también, Padre Juanjo, por acogernos en ese grupo de La Milagrosa.” 

¨Por último, debemos dar gracias a Dios, con todos vosotros como testigos, por muchas cosas: por ponernos en camino de ir allá por mediación de un sacerdote amigo; por haber tenido un viaje sin contratiempo alguno; porque hemos regresado todos a casa; porque nos ha permitido vivir una experiencia, como dije, gratificante, vivificante e ilusionante; porque hemos podido conocer la fuente de nuestra fe; porque hemos sentido los acontecimientos de la vida de Jesús como si los viviéramos en aquella época; porque hemos sentido en nosotros el anuncio del Ángel, el nacimiento de Jesús, su vida pública y su muerte y resurrección… Y, por si no lo sabéis, al menos yo, porque lo vi en el desierto, en aquellos muchachos sucios, descalzos, mocosos… luchando por sacar algo para sobrevivir. Ellos son los elegidos de Dios...”


“Vuelvo, Dios, con emoción

y lleno de pena, ¡tanta!,

que pido con devoción

el volver a Tierra Santa”.

Nines y Felipe.


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