miércoles, 3 de mayo de 2017

Lo que hemos visto y oído, lo que han tocado nuestras manos, eso os anunciamos...

Fray Juan Pedro Ortega, uno de nuestros hermanos que suele acompañar grupos de peregrinos a Tierra Santa, nos ha hecho llegar los testimonios de dos peregrinos que han viajado con él recientemente y nos ha parecido importante compartirlos con vosotros junto con alguna foto de esta peregrinación. Ojalá sirvan de estímulo para quienes estáis pensando en peregrinar pero os queda alguna duda...

+ NUESTRO VIAJE A TIERRA SANTA EN ABRIL DE 2017 +

Nos urge contaros nuestro sentimiento en esta peregrinación. Habiendo peregrinado a diferentes lugares en nuestra vida y nuestro matrimonio, esta es sin duda LA PEREGRINACIÓN. 
“Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que os anunciamos.” (1Juan)

MABEL GRANADOS:

"El primer lunes de Pascua oíamos en el evangelio “Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (Mt 28). Nosotros fuimos el miércoles siguiente, y allí le vimos.
Y empezamos por donde empezó todo: en Nazaret. Lo vimos; donde se encarnó Dios; donde empezó nuestra redención; donde María dio su “Fiat”. Ahí me desplomé. “Las emociones no han hecho más que empezar” nos dijeron fr. Juan Pedro y fr. Rubén, nuestros guías franciscanos.
En Ein Karem, lugar de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, perdí la cuenta cuando llevaba 76 placas contadas de las diferentes lenguas en que se leía el Magníficat. Cómo no sobrecogerse estando dentro de la casa de la Sagrada Familia. Cómo no sobrecogerse cuando tenemos que pasar a Palestina para visitar la gruta de Belén. Ojos llorosos en todos en la Eucaristía de la gruta del nacimiento…Besar el lugar del nacimiento del Niño Jesús, su pesebre, el campo de los pastores,…¿Y cómo podrán tan poquitos franciscanos sobrevivir, luchar y mantener este lugar, junto con el de Betania –casa de Lázaro, Marta y María-, aquí en Palestina, y solos en este ambiente hostil? (Nos decía el P. Artemio, en Belén, que él ya llevaba allí ¡4 guerras y 2 intifadas!).
Seguimos los pasos de Jesús: toda su vida pública alrededor del mar de Galilea. “Cafarnaún, ciudad de Jesús” se lee al entrar; la casa de San Pedro (y la conocida broma de “esa fue la desgracia de Pedro, que Jesús curó a su suegra”…). Una paz inmensa nos invadió a todos al navegar por el mar de Galilea o lago Tiberíades, por donde caminó sobre las aguas, viendo lo que veían sus ojos…incluso comiendo los pescados del lago como Él lo hizo. En la misma orilla donde el resucitado les ofrece pescado a sus discípulos, se nos ofrece a nosotros en Eucaristía. No podemos abarcar tanto…sentimos Su presencia…
Volvemos a Jerusalén, el lugar más espiritual de la Tierra donde conviven cristianos, judíos y musulmanes. En el autocar nos dice fr. Juan Pedro “no abráis los ojos hasta que os diga”,…”¡ya!”…Jerusalén imponente ante nosotros. Nuestra meta. Las murallas, las mezquitas, el St. Sepulcro, la Dormición, el Huerto de los olivos, el cementerio hebreo, las murallas…La elegida.
Le seguimos. Desde el Cenáculo, Getsemaní, el Torrente Cedrón donde iba arrastrado aquel primer jueves santo tras su prendimiento, la casa de Pilatos, donde el juicio infame e ilegal, ¡la flagelación!... todo un Vía crucis de terrible dolor en el que íbamos abstraídos, pues ni los comercios ni las basuras ni nada nos impedían rezar y acompañarle.
Mucho tiempo para subir al Calvario; oscuridad y dolor. Dolor y agradecimiento. Meter la mano por la oquedad en la roca donde estuvo la Cruz. Poder entrar en el Santo Sepulcro, lugar que albergó su sagrado cuerpo y que le vió resucitar…No se puede describir.
Y por último, subir a Sión y tras haber visitado la tumba de la Virgen, llegar al lugar de su Dormición y Asunción.
Hay que vivirlo. Debería de vivirlo todo cristiano. No sólo he puesto imagen a todo lo que hemos leído, rezado y estudiado, sino que he sentido que es mi Tierra. Es mi Tierra. Son nuestros orígenes. Allí están. Jerusalén.

Si me olvidara de ti, Jerusalén, 
que se paralice mi mano derecha;
que la lengua se me pegue al paladar 
si no me acordara de ti. (Salmo 137) "


JESÚS MIGUEL CERRATO:

"Es casi imposible plasmar en unas líneas tantas emociones vividas en el encuentro con Jesús en su misma tierra.
Desde el momento en que empieza a concebirse la simple idea de poder viajar a Tierra Santa hasta que pones pie en España una semana después, TODO va a ser, es y será diferente. NO  eres un viajero más, NO vas a ver destinos espectaculares catalogados como maravillas del mundo, NO vas a degustar las mejores viandas en los mejores restaurantes, NO vas a dormir en los mejores hoteles del planeta….
TODO va a ser, es y será diferente.
SÍ vas a ponerte nuevamente en camino, SÍ vas a estar en ese camino, SÍ vas a experimentar una vivencia, la vivencia de tu vida, SÍ vas a peregrinar a Jerusalén, el centro y la meta de la peregrinación por antonomasia.
¡Cuántas veces habría puesto en mi intelecto imágenes y colores a la Palabra de Dios en el Evangelio!, pero mi buena intención se quedaba en eso: buena intención.
Ahora soy capaz de ver la tierra de la Biblia, veo con nitidez la vida y el color del entorno de la Palabra y entiendo mucho mejor los dichos y los hechos del Señor en Tierra Santa.
Rodeado casi siempre de gente, a veces con demasiado “ruido” exterior, he sido capaz de estar sólo muchas veces y encontrarme con Jesús y su mensaje.
Me he podido sentir el centro de la historia escuchando en los lugares santos vivo a Jesús resucitado. He sido capaz de repasar mi vida junto a Él, de sentir su presencia, de admirarle, de sufrir junto a Él, de llorar a su lado, de abrazarle, de quererle y de emocionarme, y de prometerle una vida cristiana más fiel a su lado.
Sería injusto relacionar todos y cada uno de los lugares que he visitado y sentido. TODOS son igual de importantes, impactantes y emocionantes.
Es primordial y de justicia reconocer y subrayar la importancia y el ejemplo que ha sido para mí el encuentro con los Frailes Franciscanos y su custodia de los Santos Lugares en Tierra Santa. Son la presencia viva y en primera fila de tantos y tantos católicos que vivimos cómodamente y en la distancia en el mal llamado primer mundo de Occidente. ¡Cuánto tenemos que  aprender!
¡Ánimo Padres, os admiro y encomiendo mis oraciones al Señor por vuestra fidelidad a Él!
A modo de resumen, doy tres breves pinceladas:

UN LUGAR.- El Santo Sepulcro.
UN MOMENTO.- La Eucaristía en el mar de Galilea.
QUÉ ME LLEVO.- Un buen trozo de camino hacia el crecimiento de mi Fe, recorrido junto a Él.

P.D. ¡Ánimo, católicos españoles, dejad vuestros reparos, vuestros miedos, vuestras tribulaciones y venir a vivir una experiencia personal junto a Jesús de Nazaret, recorriendo con Él sus pasos en la tierra de Israel. ¡Viajemos a las raíces de nuestro Cristianismo! ¡Peregrinemos a Tierra Santa! "










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