jueves, 1 de febrero de 2018

"Dios está en cada uno de los Lugares Santos, y lo he sentido"

 Paz y Bien.

Del 22 al 29 de enero pasado hemos tenido el gozo de acompañar una vez más a un grupo de peregrinos a Tierra Santa y Jordania. 

Compartimos con vosotros algunas fotos y el testimonio que nos ha enviado Fr. Antonio Herrera, franciscano, participante en esta peregrinación:

¡Gente de bien!: “El Señor te dé la paz” (S. Francisco).

Son muchísimas las emociones que me embargan relacionadas con nuestra peregrinación a Tierra Santa, pero sobre todo el poder crecer y aumentar la fe que en ocasiones he palpado y se ha hecho casi evidencia, dejando de ser fe y convertirse en “realidad”.
Estoy y estaré eternamente agradecido a todos y a cada uno de vosotros por la vivencia durante la Peregrinación. Guardo celosamente en mi corazón cada momento que he vivido en aquellos Lugares Santos y las relaciones fraternas que entre nosotros ha habido.
He vuelto encantado de esta experiencia de Peregrino en Tierra Santa y siempre que vaya será el viaje de mi Vida. Es una gran gracia recibida de Dios a quien he sentido muy cerca en cada momento y lugar en el que Jesús vivió y he tenido la gracia de estar allí. Dios está ahí, en cada uno de los Lugares Santos, y lo he sentido.
Demos gracias a Dios por todo lo que hemos recibido. Nuestra vida va a sufrir un empujón hacia arriba después de esta experiencia tan intensa en la Tierra que santificó el mismo Jesús, su Madre Santísima y los Apóstoles, y que deseo nos santifique a nosotros. No tengáis miedo, vive la fe y no tendrás miedo de seguir a Jesús.
Todos los cristianos estamos llamados a la evangelización. La transmisión de nuestra fe (con sencillez, con humildad y con firmeza) no es patrimonio exclusivo de sacerdotes y religiosos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr 16, 15). La experiencia de Tierra Santa merece ser contada… merece ser compartida… Y es lo que pienso hacer… y os invito a hacerlo…
Y disculpen mis errores. He querido vivirlo en el silencio y el recogimiento.
Termino como siempre concluyo mis homilías: En el nombre del Señor, “Sean felices haciendo felices a los demás”.
Me resta dar gracias a Dios, a mis hermanos en el Sacerdocio, a los Religiosos y a cada uno de vosotros los Laicos. Y permitan que se lo agradezca especialmente a Fr. Luis y a Noelia por haberme dado esta oportunidad de encontrarme con el Señor. Que Dios os bendiga a todos y os lo premie.

PAZ Y BIEN. (Fr. Antonio)"

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