Paz y Bien.
A pesar de las circunstancias tan especiales y difíciles de este año marcado por la pandemia a nivel mundial, la Luz de Belén, que devotamente ha sido mantenida en vela por las Hermanas Clarisas del Monasterio de Santa María de la Cruz, en Cubas de la Sagra, Madrid – de otro modo hubiera sido imposible contar con la preciada Luz, ya que no se puede viajar hasta Belén para recogerla en la Gruta de la Natividad, como es costumbre – ha vuelto este pasado fin de semana a la Parroquia franciscana de San Pedro Bautista, en Alcorcón (Madrid) para difundirse y prender en los corazones de muchas familias necesitadas; no sólo de trabajo o de cosas materiales, sino también de gracia, de cariño, de cercanía de los demás, y de Dios.
La celebración de acogida de la Luz de la Paz de Belén de este año tan atípico y tan duro se desarrolló en dos momentos, el sábado fue dirigido a la pastoral de infancia y el domingo 20 para la pastoral juvenil. Los adultos han podido recoger la luz en los horarios de misas (se puede recoger en la parroquia durante todo el tiempo de Navidad) con el fin de conseguir un aforo suficiente para los niños y jóvenes.
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