Paz y Bien.
Es viernes de cuaresma y, de forma inusual, las calles de la ciudad vieja de Jerusalén están desiertas... como las de casi todo el mundo, por el confinamiento global para intentar frenar la expansión del covid-19.
Los templos están cerrados a las celebraciones públicas, pero la Iglesia no ha cerrado, la Eucaristía se sigue celebrando diariamente, ofreciendo el sacrificio de Cristo por todo el género humano. Así sucede, como no podía ser de otro modo, en Tierra Santa. Las comunidades cristianas mantienen la liturgia a puerta cerrada o con un número muy reducido de fieles. Ahora, en palabras del Custodio, p. Francesco Patton, ofm, "necesitamos la peregrinación de la oración", y cada día nos siguen llegando muestras de fraternal unión y súplica orante desde los Santos Lugares por nuestra patria, nuestros enfermos y difuntos, por quienes nos atienden y gobiernan. ¡Muchas gracias!
A quienes habéis peregrinado a Tierra Santa os será fácil ir recordando la Vía Dolorosa de Jerusalén según vayamos rezando las 14 estaciones. Partamos, pues, desde el convento franciscano de la Flagelación, donde se sitúa la I estación, hasta la basílica del Santo Sepulcro; subamos a la capilla del Calvario, veneremos el Lugar de la Crucifixión...
volvamos a descender y, desde "la piedra de la unción",lleguemos, llenos de esperanza, al Santo Lugar de la Resurrección del Señor.
+ Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario