Paz y Bien.
En la fiesta de San Andrés Apóstol, nuestra mente y nuestro corazón se vuelven hacia Tierra Santa, y nos evoca, sobre todo, el Mar de Galilea y su entorno. La tradición nos dice que Andrés era natural de Betsaida, como los apóstoles Pedro (su hermano) y Felipe, y que vivía en Cafarnaúm cuando conoció a Jesús.
"Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos. Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: «Ese es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscáis?» Le contestaron: «Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» Jesús les dijo: «Venid y lo veréis» Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan." Jn 1, 35-40.
En efecto, San Andrés fue el primer hombre al que Cristo llamó a ser apóstol, y luego él presentó a su hermano Pedro a Jesús. Se dice que tras la ascensión del Señor, Andrés llevó el evangelio a las tierras que ahora son Rusia y Ucrania. Luego, en su vejez, viajó a Grecia, donde fue martirizado en la ciudad de Patras. Los cristianos locales lo enterraron allí, pero en el año 357 la mayoría de sus huesos fueron trasladados a Constantinopla. En 1204 los cruzados italianos saquearon el santuario de San Andrés y llevaron sus reliquias a Amalfi, donde permanecen hasta el día de hoy. En 1964, el papa San Pablo VI devolvió algunas de las reliquias de San Andrés a la Iglesia ortodoxa griega, y están nuevamente consagradas en la basílica construida sobre lo que se cree que es la tumba original del apóstol.
Irremediablemente, el recuerdo de Tierra Santa acrecienta nuestra añoranza, por no haber podido peregrinar desde primeros de este año, a causa del coronavirus. También nos da mucha tristeza cuando nos llamáis preguntando cuándo vamos a volver, para apuntaros a una de nuestras peregrinaciones, y tenemos que responderos que aún seguimos sin tener la certeza de cuándo se podrá ser.
Ahora, como nos decía el P. Custodio al principio de la pandemia, "nos toca la peregrinación del corazón". Por eso, desde nuestros medios de comunicación, intentamos manteneros informados de la actualidad en Tierra Santa como una manera de sentirla más cerca. En este tiempo de Adviento, que no decaiga nuestro ánimo y la esperanza de un mañana mejor, en el que podamos retomar nuestras visitas a la Tierra del Señor y animar y ayudar con nuestra presencia a sus Piedras Vivas.
Que el Señor os dé la Paz.
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