lunes, 20 de agosto de 2018

Peregrinación a Tierra Santa de la Pastoral Universitaria de Extremadura: Testimonios.


Paz y Bien.

Compartimos con vosotros los testimonios que nos han enviado varios peregrinos que estuvieron en Tierra Santa del 22 al 29 del pasado mes de julio, acompañados por Fr. Luis Quintana, a quienes se lo agradecemos de corazón. Como siempre decimos, ojalá que sirvan para aumentar nuestro amor por los Santos Lugares y las personas que los habitan, sus "Piedras Vivas":

- "Viajar a Tierra Santa no era el viaje de mi vida, era el de mi marido, pero los proyectos de uno se convierten en el de los dos dentro del matrimonio. Dios sabía bien lo que hacía al embarcarnos en este viaje, acompañados por la pastoral universitaria de las diócesis extremeñas. Desde el primer momento todo el viaje fue un regalo. En Nazaret pudimos orar en la casa de María donde todo empezó. Gracias a su SÍ generoso que revivimos en una preciosa oración internacional a través del Rosario de San José, empezamos a saborear los frutos de este encuentro. Dios nos quitaba la venda y ablandaba nuestro corazón. La peregrinación empezó desde el principio no como un viaje cultural, que también lo era, sino con un encuentro con Jesús a través de los Santos Lugares.
Haber puesto paisajes a los pasajes nos ayuda a descubrir de nuevo el evangelio, vivenciarlo y hacerlo si cabe aún más cercano a nuestra realidad: orar en el lago Tiberíades, en Cafarnaún junto a la casa de Pedro, cobijarte bajo la sombra del sicómoro, subir al Monte Tabor, renovar las promesas del matrimonio en Caná de Galilea, sufrir el desierto de Judá, el bautismo en el Jordán, Jericó, Betania o Emaús en Palestina, viendo la realidad que se vive haciendo visible las periferias evangélicas y cómo hay cristianos entregados a la causa, todo ello ha sido un regalo. El testimonio de chicas jóvenes que lo dejan todo para trabajar por el Reino, en un compartir precioso en la cueva donde los pastores de Belén pasaban la noche. Y qué decir de Jerusalem que nos hizo revivir la Pasión de nuestro Señor, nuestro corazón se rompía justo en el lugar donde fue prendido. No podría destacar unos lugares más que otros, pero sí decir que este viaje nos fue regalando mucho AMOR a través del grupo con el que viajábamos. En cada compartir con el hermano, en cada lectura de la palabra y las oraciones, en cada intercambio de impresiones, en el conocer la realidad de aquellas tierras y la realidad de nuestros hermanos cristianos, Dios se daba en abundancia en cada uno de ellos. La sabiduría de Fray Luis que con gran pedagogía nos mantenía expectantes, orantes e ilusionados por descubrir nuevos lugares. Noelia, de Halcón Peregrinaciones que ha hecho de su trabajo un lugar de santificación, que es testimonio de vida y que cuida cada detalle para que no falte nada. Es difícil resumir en unas palabras todo lo vivido y seguro que se me escapan muchos momentos.
Solo puedo dar gracias a Dios por esta experiencia de vida, que ha supuesto un antes y un después en mi vida de fe, que se ha visto fortalecida. Gracias por cada uno de los hermanos con los que hemos compartido esta peregrinación, con otros matrimonios de nuestro movimiento "Equipos de Nuestra Señora", por todos los momentos de oración, de compartir y cómo no, de risas de viaje que nunca faltan. Hemos sido conscientes de la labor imprescindible de los Franciscanos en Tierra Santa, de custodiar y mimar los Santos Lugares, de su obra social, de su labor evangélica que desde España no se aprecia. Ahora digo en voz alta que es el viaje de mi vida e invito a todos a vivirla al menos una vez. Gloria a Dios por el AMOR que nos regala.
Gloria Izquierdo Pérez."
- "Era la segunda vez que intentábamos, mi marido y yo,  viajar a Tierra Santa, ya en el verano del 2014 lo intentamos y el viaje se tuvo que suspender por el conflicto que acecha en esa santa tierra. Por aquel entonces no sabíamos si volveríamos a tener la oportunidad de conocer la Tierra de Jesús, pero el Señor nos volvió a regalar la oportunidad de conocerla y de recorrerla como Él hizo y de conocerle allí donde nació, vivió, sufrió, murió y resucitó.
Este viaje no era como otro cualquiera, había que preparar el corazón para poder absorber todo aquello que esa maravillosa Tierra te ofrece, que es lo más grande que un cristiano puede tener, a Jesús.
Allí, Jesús está presente en cada camino, en cada rincón, en cada rostro y en cada gesto. Cada uno de los lugares santos ofrecen una experiencia de vida, un encuentro con el Señor de lo más puro.
Deseaba encontrarme con el Señor en su casa, en su tierra, tenerlo cerca y sabía que allí lo podía conseguir y así fue. Allí el Señor me recibió con toda mi desnudez, mi sencillez y mis miserias. Me acogió, me reconfortó y me dio las fuerzas necesarias para continuar, pero para continuar cerca de Él. Afortunada, como Pedro, cuando en el Monte Tabor le dijo al Señor: “Señor, que bueno es que estemos aquí”, así me sentí y me siento ahora, ya que camino de la mano del Señor y todo y gracias al encuentro con Él en aquella maravillosa Tierra Santa.
María José (34 años, Cáceres)."

- “Diez medidas de belleza fueron dadas al mundo. Nueve se las quedó Jerusalén…” (Talmud de Babilonia, Qiduixín, 54a).

Pues sí amigos, ha sido el viaje de mi vida ¡Cuánto tiempo lo he esperado! Cierto es, que con algo de temor, por no saber si estaría a la altura de los lugares que para un cristiano dan tanto sentido a nuestra vida. Los pasajes evangélicos suenan de otra forma en la Tierra qué pisó Jesús. Pero de vuelta a casa, cada vez que abro la Biblia, leo o escucho estos pasajes, no solo suenan diferente, también los siento de otra forma. 

Agradezco a la Comunidad franciscana por abrirnos las puertas de sus casas y de los templos y edificios que tienen bajo su custodia, y de una forma muy especial a Fr. Luis Quintana, que con paciencia -conocedor de la cultura, tradición y costumbres- nos ha guiado por estas tierras de Norte a Sur y de Este a Oeste.

Atrás quedan eucaristías, tiempos de oración, reflexión, rosarios, vía crucis, alguna procesión y renovaciones de las promesas bautismales, matrimoniales y sacerdotales. Todo ello celebrado en los lugares más santos para el cristianismo, bajo un clima  de fe, interioridad, respeto y madurez por parte de todo el grupo de peregrinos. Muchos recuerdos y nuevas amistades, pero sobre todo me quedo con un lugar muy especial para mí. El lugar donde todo empezó, el lugar donde “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, bajo lo que hoy es la Basílica de la Anunciación se encuentra la casa de María, la joven de Nazaret que dijo Sí a nuestro Señor.

Por supuesto que volveré a ir a esta Tierra Santa, pero esta vez, acompañado de mi esposa.

Paz y bien para todos,
Javier Tovar."

- "Al viaje de Tierra Santa me han invitado Dios y la Virgen María. Doy gracias a Dios por haber podido peregrinar a Tierra Santa. Ha sido una peregrinación con muchísima Fe, una experiencia inolvidable. Todo lo que he visto me ha parecido maravilloso, emocionante. Lo que más me ha impresionado fue la hora Santa, cuando íbamos en el barco y cuando fuimos a la Basílica de la Anunciación.

También me gustó mucho Belén, la Basílica de la Natividad. Me gustó mucho donde nació Jesús me impresionó mucho.

Alicia Alves Pierna."

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