martes, 13 de octubre de 2020

Savia nueva para la Custodia de Tierra Santa

Paz y Bien.

El pasado domingo, 11 de octubre, en el convento de San Salvador de Jerusalén, sede de la Custodia de Tierra Santa,  hicieron su profesión solemne 16 franciscanos que están estudiando teología en el Studium Biblicum de Jerusalén. Desde aquí vaya nuestra enhorabuena a los “nuevos protectores de los Santos Lugares”. Que el Señor y la Santísima Virgen los iluminen en su decisión de cuidar de los cristianos y los lugares de su Tierra Santa.

Estos 16 frailes proceden de nueve países diferentes: Congo-Kinshasa, Congo-Brazaville, Italia, Siria, México, Brasil, Perú, Colombia y Sudáfrica. La celebración tuvo lugar a puerta cerrada, debido a la pandemia del coronavirus y al confinamiento decretado en Israel, aunque se pudo seguir la misa en directo a través de los medios de la Custodia. Fray Francesco Patton dijo en su homilía que veía cumplirse el sueño de Dios del que hablaba el profeta Isaías y también Jesús en el Evangelio: “El de ver a todos los pueblos de la tierra subir a Jerusalén y convertirse en una sola fraternidad, representada por vosotros porque venís de cuatro continentes distintos, y participar en el banquete de bodas preparado para nosotros por el mismo Señor”.

“El momento que vivimos es un tiempo que nos entrena para vivir nuestra vocación aprendiendo a permanecer en la situación en que nos encontremos, en lugar de tratar de escapar de ella – dijo el Custodio de Tierra Santa en su homilía –. Es un tiempo que nos educa en la obediencia, porque nos obliga a aceptar las circunstancias en que nos encontramos. Es un tiempo que nos enseña a vivir con serenidad y alegría franciscana la existencia sin nada propio, porque en la situación en que estamos nos damos cuenta de que no somos dueños de nada, sino que tenemos que aceptar limitaciones, renuncias e incluso vivir este día de manera distinta a la que habíamos imaginado. Es un tiempo que también nos enseña algo sobre la castidad, sobre el valor que tiene nuestro cuerpo y poder ofrecérselo enteramente al Señor”.

 Ante la promesa que el Señor hizo a Pedro de darle cien veces más junto con persecuciones (Mc 10, 28-31), los frailes rezaron: “Aquí estamos Señor, haz de nosotros lo que quieras, concédenos la gracia de estar preparados para todo, pero tú, Señor, no te alejes de nosotros ni un instante”.

Que el Señor os dé la Paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario