martes, 27 de octubre de 2020

Mons. Pierbattista Pizzaballa, nuevo Patriarca Latino de Jerusalén

Paz y Bien.

El pasado sábado 24 de octubre, vigilia de la fiesta de Nuestra Señora Reina de Palestina, acogimos con gran alegría la noticia del nombramiento de Mons. Pierbattista Pizzaballa, OFM,  como nuevo Patriarca Latino de Jerusalén.

Es originario de Cologno al Serio, diócesis y provincia de Bérgamo, Italia, donde nació el 21 de abril de 1965. Ingresó en el seminario menor de la Orden Franciscana en Bolonia en 1976, donde realizó su profesión perpetua en 1989, y en esa misma ciudad fue ordenado sacerdote el año 1990. 

Se trasladó a Jerusalén en 1999, donde ejerció como profesor de hebreo bíblico y vicario patriarcal, y fue nombrado Custodio de Tierra Santa en mayo de 2004 por un periodo de 6 años, tras los cuales continuó siendo elegido para este cargo hasta el año 2016. El 10 de septiembre de ese mismo año, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, le ordenaba arzobispo en la catedral de Bérgamo, Italia.

En junio de 2016, el papa Francisco, tras aceptar la renuncia de S. B. el patriarca Fouad Twal, por límite de edad, nombró a Fr. Pierbattista Pizzaballa Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, sede vacante, hasta el nombramiento del nuevo Patriarca.

Desde la Comisaría queremos felicitar muy cordialmente a Fr. Pierbattista y le deseamos lo mejor en este alto cargo al que ha sido llamado para seguir sirviendo a la Iglesia en Tierra Santa, haciendo nuestras las palabras que le dirigió el P. Custodio de Tierra Santa, Fr. Francesco Patton, al conocer la noticia:

“Deseamos que seas «un instrumento de su paz» en esta realidad tan necesitada de paz, diálogo y reconciliación. Que siembres la fraternidad en esta tierra, según las recientes indicaciones dadas por el Papa Francisco en “Hermanos todos”. Que la Virgen Inmaculada, nuestra Patrona, que fue la primera en velar en oración con esta Iglesia, invocando y esperando el don del Espíritu, te acompañe con su maternal intercesión y protección; que los santos Francisco y Antonio te obtengan un amor y un celo apostólico incansable. Animados por profundos sentimientos de cariño y cercanía, te deseamos, querido hermano en Cristo, todo el bien en el Señor y te abrazamos con afecto fraterno.”

Que el Señor os dé la Paz.



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