viernes, 17 de abril de 2020

Lugares de Tierra Santa: “La habitación del piso superior", El Cenáculo.

Paz y Bien.

De todos es conocido el Cenáculo como «la sala grande en el piso de arriba» donde Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos (Mc 14, 15), pero la tradición cristiana más antigua sitúa igualmente aquí los encuentros del Resucitado con los Apóstoles, que estos días de la octava de Pascua estamos leyendo en el evangelio de la misa. 
Además, también es el lugar donde se produce la Venida del Espíritu Santo, el día de Pentecostés, sobre los Apóstoles y la Virgen María: «Al cumplirse el día de Pentecostés , estaban todos juntos en el mismo lugar» (Hc 2, 1)

Después de los recientes acontecimientos de la Pasión del Señor, cuando los discípulos estaban reunidos «la tarde del primer día de la semana», Jesús se les presentaría de nuevo, mostrándose en todo su poder de Resucitado (Jn 20, 19-23). Y «a los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos, y Tomás con ellos» (Jn 20,26). 
¿Dónde, si no en aquella misa sala en el piso superior en la que se habían reunido antes de la Pasión?. Tanto es así que Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, habla de la «habitación del piso superior» como si fuese obvio de cuál se trataba. 
Allí era donde la comunidad primitiva tenía su base estable después de la Ascensión del Señor (Hc 1,13-14):
«Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. 
Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.»
En la segunda mitad del siglo IV los cristianos transformaron la pequeña iglesia construida en el lugar en una gran basílica, que llamaron “Santa Sión” y “Madre de todas las iglesias”, debido a su origen apostólico. Sufrió varias destrucciones y restauraciones y fue reconstruida desde los cimientos en época cruzada (siglo XII), y rebautizada como “Santa María en el Monte Sión”. Poco después esta basílica fue demolida por orden del sultán en 1219, quedando en pie solo la capilla medieval del Cenáculo con la tumba conmemorativa de David en la parte inferior.

En 1333 los franciscanos adquirieron el lugar, que se convirtió en la primera sede de la Custodia de Tierra Santa, y que, a pesar de muchas dificultades, habitaron hasta 1552, cuando fueron expulsados por los otomanos, quienes lo transformaron en mezquita. Desde entonces, en la sala del Cenáculo no es posible celebrar la Santa Misa, salvo raras excepciones. A partir de aquí, los frailes construyeron el convento de San Salvador, en la ciudad vieja de Jerusalén, muy cerca del Santo Sepulcro y que es, desde entonces hasta nuestros días, la sede de la Custodia de Tierra Santa.

No obstante, para mantener su presencia en el Monte Sión, los franciscanos adquirieron una casa en 1936, cerca del Cenáculo, para convertirlo en el convento de San Francisco Ad Coenaculum, llamado “el Cenacolino”, siendo aquí donde suelen celebrar la Eucaristía los peregrinos el día de su visita al Monte Sion.
Rogamos al Señor por el fin de esta crisis sanitaria mundial y que pronto podamos volver a visitar al Tierra que fue testigo de su Resurrección y a sus "piedras vivas", nuestros hermanos que allí viven. Somos conscientes de que ahora sufren, además de la pandemia, la falta de unos recursos económicos, derivados de nuestras peregrinaciones, que les son muy necesarios, y sin los cuales les será mucho más difícil salir adelante. Confiamos en Dios; que Él os dé la Paz.



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