miércoles, 8 de mayo de 2019

Fiesta de la Invención de la Santa Cruz en Jerusalén


Paz y Bien.

El día de la Invención, o hallazgo, de la Santa Cruz se celebró en Jerusalén ayer, 7 de mayo, siendo uno de los días festivos tradicionales que todavía se celebran en Tierra Santa, incluso después del cambio en el Calendario Litúrgico en 1969.
La invención de la Santa Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino, tuvo lugar en Jerusalén en el año 327, cerca del Calvario.  La reforma litúrgica de 1969 suprimió algunas fiestas para la Iglesia Universal, decidiendo eliminar esta en favor de la de la Exaltación (14 de septiembre), pero la Iglesia de Jerusalén quiso guardar la memoria de esta fiesta del 3 de mayo, trasladándola al 7 de este mes, uniendo en este tiempo pascual el misterio de la Cruz al de la Resurrección, y recordar aquel 7 de mayo de 351, del que San Cirilo escribió: "una enorme cruz luminosa apareció en el cielo, sobre el Santo Gólgota, y se extendió como hasta el monte de los olivos ".
La víspera de la fiesta, el Custodio de Tierra Santa, fr. Francesco Patton,  presidió la procesión diaria, las solemnes vísperas y la oración nocturna en la Capilla de Santa Elena, concluyendo la mañana del 7 de mayo con la solemne celebración de la Eucaristía y la Procesión al Edículo del Santo Sepulcro con una de las reliquias existentes de la verdadera Cruz.
¿En qué nos gloriamos y en qué debemos gloriarnos? ”, preguntó el P. Custodio en su homilía, y respondió citando a San Francisco y su Admonición V (FF 154): “sólo hay una respuesta correcta: la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, hecha nuestra, existencialmente, no como un adorno alrededor del cuello y ni siquiera como una pancarta para las procesiones, sino como algo que forma parte de nuestro seguimiento diario de Jesús, que distingue nuestro modo de vida, nuestra persona y nuestra carne
« Te adoramos, Señor Jesucristo, 
también en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, 
y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo» 
(Testamento de S. Francisco 4-5).

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