En la fiesta de los Santos Inocentes publicamos una entrada más referida a las celebraciones navideñas en Tierra Santa. Para ello nos acercaremos a Palestina, Líbano y Siria, lugares que en estos tiempos duros son testigos del sufrimiento de muchos hermanos inocentes a consecuencia de la guerra, el hambre, el paro, etc., que se han agravado mucho más este año por la pandemia del coronavirus. En primer lugar iremos hasta Belén de la mano de D. Anwar Shomali, un cristiano de Beit Sahour (El Campo de los Pastores), que nos ayuda allí en nuestras peregrinaciones.
D. Anwar ha querido compartir con nosotros en el siguiente vídeo la difícil situación actual de aquel lugar y cómo se celebra allí la Navidad en condiciones normales, pues este 2020 está siendo un año muy complicado por el covid-19 y la falta casi total de peregrinaciones desde primeros de marzo.
Desde El Líbano, fr. Marlon Méndez, ofm, residente en el convento de la Custodia en la capital de aquél país, tan castigado en los últimos meses por la pandemia y la dramática explosión en el puerto de Beirut el pasado verano, nos narra la situación actual y las costumbres libanesas en torno a las fiestas navideñas.
Oramos a la Santísima Virgen por todo el pueblo libanés que tanto está sufriendo. Sus cristianos la veneran de modo especial en el santuario que erigieron en su honor en Harissa, al norte de Beirut, donde se alza esta bella imagen monumental de la Inmaculada.
Os dejamos el vídeo que nos ha enviado Fr. Marlon desde Beirut:
Por último, desde Siria, recibimos el siguiente vídeo de algunos miembros de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado (Institutos religiosos del Verbo Encarnado y de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará), que también desarrollan su misión en Siria y otros lugares de Tierra Santa. Nos cuentan como en este tiempo de Adviento y Navidad parecen desaparecer muchas diferencias entre las diversas comunidades cristianas presentes en la zona, buscando la unidad entre los cristianos, y prevalecen dos anhelos principales entre ellos: el deseo de paz; que la desean, sobre todo, quienes la han perdido, y la esperanza de un mundo mejor para su pueblo y toda la humanidad.
Desde aquí les agradecemos a todos su colaboración y les enviamos nuestro afecto y los deseos de una pronta finalización de esta crisis; tan dura para ellos, sus familias y comunidades, y, en general, para todos los habitantes de la Tierra donde el Señor quiso nacer de la Virgen María, haciéndose un Niño pobre por nosotros.
Elevamos nuestra oración por todos los cristianos presentes en aquella tierra, que están sosteniendo la presencia cristiana de más de dos mil años y el recuerdo de una tierra que fue habitada por Jesús y María, los Apóstoles, los primeros cristianos y una inmensa multitud de mártires de todos los tiempos. Vaya para ellos nuestro saludo y el deseo franciscano de Paz y Bien.
¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
عيميلاد مجيدا وسنه جديده سعيده
(milad mujydaan wasanah jadiduh saeidah)
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