jueves, 31 de agosto de 2017

"IMPRESIONES Y EXPERIENCIAS EN TIERRA SANTA"


Paz y Bien.

Con gozo os informábamos a primeros de agosto, que son muchos los grupos que han decidido ir en peregrinación a Tierra Santa este verano. Hemos ido compartiendo con vosotros diferentes testimonios que algunos peregrinos nos fueron enviando. Hoy ponemos estos dos que nos han llegado de unas chicas que peregrinaron en agosto en el grupo que acompañó nuestro hermano Fr. Juan Pedro Ortega:


“IMPRESIONES...”

“Mi destino este año era Thailandia, pero, las coincidencias, o diosidencias, o fuertes emociones vividas estos últimos dos años... hizo que fuese Israel y Jordania. Recuerdo perfectamente que quedamos una noche para finiquitar los pagos y yo dije: "Lo siento, pero algo me dice que mi viaje este año es Tierra Santa. Me llama. Quiero hacerlo. Es mi momento. Después me apunto a Thailandia".

Al embarcar en Madrid para Tel-Aviv, tenía muchas ilusiones puestas en el viaje, pero reconozco que cuando vi el grupo y que iba a estar siempre rezando, me desilusionó. Pero, paradójicamente, desde la primera misa, en el Lago de Tiberíades, me emocioné... todo muy cercano, gente muy humana a mi alrededor, ambiente y espacio idílico y todo me recordaba a mi infancia...

El viaje me ha resultado un "re-conocimiento" personal y, sobre todo, espiritual. Me ha tocado la fibra sensible y, por ende, me he replanteado muchos aspectos que tenía dormidos en mi. Y, si nos movemos en otros aspectos más formales, pues tengo que decir que el viaje está muy bien organizado en cuanto a horarios, explicaciones... me ha gustado mucho.”

Charo.



“ESBOZO DE UNA EXPERIENCIA”

“Pocos días han pasado desde mi regreso de la peregrinación a Tierra Santa y me cuesta ordenar el cúmulo de experiencias vividas.
El viaje se me presentó por varios frentes, digamos (aunque mal dicho) por casualidad y como merecido descanso después de una racha larga de duro trabajo.
Elegí una de las opciones, a pesar de las serias dudas causadas por los acontecimientos ocurridos el 14 de Julio, ya que siempre había considerado este viaje obligatorio y necesario como creyente en Jesús.
Apenas aterrizamos, de camino en autobús hacia Nazaret, me di cuenta de que había tomado la mejor decisión.
¡Qué emoción oír el Ángelus enfocado desde la pedagogía del aquí! : “Aquí, en esta tierra, el Verbo de Dios se hizo carne”.
¡Es verdad!, en esta tierra, y en la otra, y en la de al lado ¡todos los lugares hablan de la vida de Jesús!
Algunos dicen que Tierra Santa “atrapa”, yo siento que envuelve, que envuelve con cariño. Es asombroso encontrarse en lugares tan significativos de la vida de Jesús después de 2000 años.
Estuvimos en Nazaret, en la Basílica de la Anunciación y en la Iglesia de la Sagrada Familia, también pudimos caminar por Cafarnaúm y mojar nuestros pies en el mismo Lago de Tiberiades, subimos al Monte Tabor, fuimos a Jericó y en el Río Jordán renovamos las promesas del bautismo…
Poco a poco la experiencia fue calando…
¡Qué entrañable también la visita a Belén y a Bet Sahur, el Campo de los Pastores!...Sí, la próxima Navidad será diferente.
A la par, las celebraciones eucarísticas cada día nos iban impregnado de fraternidad y sonaba normal responder como grupo a la voz de: ¡¡¡ familia!!!
Para terminar, y sin quitar valor a la intensidad de los momentos vividos en Jordania como la Eucaristía celebrada en una cueva nabatea, el contacto con la vida en el desierto, las impresionantes
vistas de la Tierra Prometida desde el Monte Nebo…, no puedo obviar Jerusalen, ¿Y qué decir de Jerusalén?…¡Ay Jerusalén! … tan lejos y tan cerca, tan diversa y tan concreta, en verdad nadie se siente extraño en tu tierra.
Hemos recorrido muchos lugares santos de esta ciudad en la peregrinación : el Santuario de las Palmas, La iglesia del Pater Noster, San Pedro in Gallicantu, el Cenáculo, el Santuario de la
Flagelación, el Monte de los Olivos…, todos ellos, uno tras otro, han hecho posible la inmersión en el misterio…
Sin duda, en Jerusalén, el lugar que más me ha impactado ha sido la Basílica del Santo Sepulcro, me ha impresionado ver la diversidad de cristianos que la guardan: Católicos, Ortodoxos, Armenios, Coptos, y cómo multitud de peregrinos se acercan cada día a venerar los Santos Lugares y a hacer oración.
Se respira Espíritu, no puede ser de otra forma, se aparca lo humano y se busca lo divino, el tiempo se para, pero a la vez se esfuma…
Hay que volver a Jerusalén, hay que volver, pero la próxima vez que sea sin cámara y ligera de equipaje, sólo para estar y contemplar.

Celia.

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