Tierra Santa es la Tierra de Jesús, la tierra que vio nacer, crecer, predicar, morir y resucitar al Hijo de Dios. Es la geografía de la salvación, los lugares que fueron testigos del origen de nuestra fe.
miércoles, 31 de mayo de 2023
OTROS VIAJES Y PEREGRINACIONES
martes, 30 de mayo de 2023
FIESTA BENÉFICA. TODOS SOMOS VOLUNTARIOS
Paz y Bien.
El jueves 15 de junio del 2023, en CASA DE BRASIL (AV. DE LA MEMORIA, 3. MADRID). Tendrá lugar a las 19:00 H un concierto del Coro One Soul de Pozuelo de Alarcón y a las 19:45 H un Cóctel informal con música, subasta, degustación de vino y queso.
La entrada será de 20€ y los fondos se destinarán al voluntariado en Tierra Santa.
El Acto está organizado por La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén. Lugartenencia de España Occidental.
La persona que quiera apuntarse o recibir más información debe contactar con la Coordinadora María José en el teléfono 629 023 937.
¡NO OS LO PERDÁIS!
lunes, 29 de mayo de 2023
DÍA GRANDE DEL PEREGRINO
Paz y Bien.
La Asociación Española de Amigos de Tierra Santa, la Comisaría de Tierra Santa y La Revista de Tierra Santa celebramos, el sábado 27 de mayo, el Día del Peregrino.
Los actos comenzaron a primera hora de la mañana en el colegio San Buenaventura de Madrid, con la bienvenida de fray Luis Quintana (Vicecomisario y Representante de la Custodia en España). Los asistentes —que llegaron desde todos los rincones de España— comenzaron la jornada visitando los stands que se habían organizado para la ocasión.
jueves, 25 de mayo de 2023
PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA CON LA PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA, VILLANUEVA DEL PARDILLO (MADRID)
Paz y Bien.
Se va a realizar una peregrinación a Tierra Santa con la Parroquia San Lucas Evangelista de Villanueva del Pardillo (Madrid), del 21 al 28 de agosto del 2023 y todavía quedan plazas disponibles. La peregrinación va a estar presidida por el Padre D. José Manuel Rodríguez.
Si alguien está interesado en ir, puede contactar con el Padre D. José Manuel Rodríguez a través de este email parroquiasanlucas@archimadrid.es o a través de su móvil 658 697 664.
Aquí os dejamos el folleto de esta peregrinación:
PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA: PARROQUIA SAN LUCAS EVANGELISTA
lunes, 22 de mayo de 2023
AGRADECIMIENTO DEL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DEL PILAR EN JERUSALÉN
Paz y Bien.
Desde el Colegio Nuestra Señora del Pilar en Jerusalén, nos quieren expresar su gratitud por la donación, realizada por la Comisaría de Tierra Santa con vuestros generosos donativos, de 5.000 € que fueron depositados en la cuenta bancaria de la escuela. ¡Les será de gran ayuda!
- TRANSFERENCIA O INGRESO EN CUENTA:
IBAN ES30 0075 7007 86 060 673 3003 (Banco Santander)
Titular: Provincia Inmaculada Concepción. Comisaría de Tierra Santa, CIF: R2802267A
-BIZUM, CÓDIGO: 00771
-GIRO POSTAL O CHEQUE, indicando como titular a la Comisaría de Tierra Santa, C/ San Buenaventura, 1. 28005 - Madrid
-DOMICILIACIÓN BANCARIA
¡Muchas gracias, El Señor te lo premiará!
* Para cualquier consulta o duda, se puede contactar con nosotros por teléfono (y whatsapp) en el 635264331, o a través del correo electrónico comisariots@
lunes, 15 de mayo de 2023
15 DE MAYO: SAN ISIDRO LABRADOR
Y con este pensamiento en lo más hondo de su alma, todo lo que podía ahorrar de su menguado jornal lo guardaba cuidadosamente con el fin de que algún día, antes de hacerse viejo, pudiera marchar en peregrinación a Tierra Santa. Necesitó muchos años para llenar la bolsa de cuero en que guardaba su tesoro; y cada moneda ahorrada representaba un capricho, un gusto o una necesidad de que se había privado.
Cuando, por fin, la bolsa fue adquiriendo peso, y comenzó a parecer menos imposible la realización de su devoto sueño, llamó a la puerta de su casa un anciano peregrino, con bordón y concha, que pedía pan para su hambre y albergue para su cansancio. San Isidro lo acogió bondadosamente y le ofreció lo poco que había en su pobre hogar y su no menos pobre despensa: pan y manzanas, queso y vino. Pero fue bastante para que el peregrino saciase su hambre y repusiese sus fuerzas.
Terminada la cena, San Isidro y el peregrino estuvieron hablando largo rato sobre los Santos Lugares y sobre el gozo de pisar y besar la tierra bendita en que habían dejado sus huellas los pies de Jesucristo. Luego, el peregrino habló del largo y penoso viaje que le esperaba todavía, mendigando de aldea en aldea -pues su bolsa estaba vacía-, hasta que lograse encontrar un patrón bondadoso y caritativo que le hiciese sitio en su barco y lo llevase a la verde isla de donde había partido, en los confines de Poniente. Recordando a los que había dejado en casa, que podían haber muerto durante su ausencia, el peregrino rompió a llorar. Sus lágrimas conmovieron de tal modo el corazón de San Isidro, que sacó la bolsa de sus ahorros y dijo:
"Esto he reunido con la esperanza de contemplar un día con mis ojos lo que tú has contemplado, sentarme a la orilla del mar de Galilea como si por sus aguas siguiera navegando la barca de San Pedro, el pescador, con Jesús a bordo, y arrodillarme sobre el monte Calvario, donde se alzó la cruz de nuestro Redentor. Pero tu necesidad es muy grande. Toma este dinero y apresúrate a volver con los tuyos, pues si tú deseas verlos de nuevo, ellos te estarán esperando también con ansia y zozobra. Y si los encuentras con vida, y quiera Dios que así sea, diles que recen por mí".
Después de rezar juntos, San Isidro y el peregrino se retiraron a descansar.
En las primeras horas del sueño, cuando la noche es reconfortante tras un día de trabajo, San Isidro advirtió que iba caminando por campos extraños, subiendo la ladera de una colina; y en lo alto de otra colina, a cierta distancia, se divisaban las paredes blancas y los tejados planos de las casas de una pequeña ciudad. Y alguien le hablaba y le decía:
"Estos son los campos en que los pastores velaban con sus rebaños, y este camino pedregoso, que sigue la ladera, lleva a Belén".
Al oír aquella voz, San Isidro se volvió y vio que detrás de él estaba el peregrino; pero conoció que no era verdaderamente el peregrino, sino un ángel oculto tras el humilde y destrozado hábito del peregrino. Quiso postrarse a sus pies, pero el ángel se lo impidió y le dijo: "No temas. He sido enviado para enseñarte todos los santos lugares que tu corazón deseaba ver".
Sobre valles y colinas, campos y torrentes brilló entonces una luz tan clara y maravillosa, que incluso desde una gran distancia podían distinguirse perfectamente las flores que crecían al borde del camino. Sin esfuerzo ni cansancio, San Isidro se desplazaba de un lugar a otro como en un sueño. Y es imposible enumerar la mitad de lo que vio.
Porque el ángel lo llevó a la aldea en que Jesús vivió de niño y que se llama Nazaret, es decir, la “aldeaflor”; y le mostró el río Jordán, que se abre camino entre un bosque de matorrales verdes; y el Hermón, alto y centelleante por la blancura de la nieve en su cumbre (y la nieve de este monte es muy vieja); y las azules aguas del lago Genesaret, con su flotilla de barcas de pescadores; y la ajetreada ciudad de Cafarnaúm, en el importante camino de Damasco; y Naím, donde Jesús contempló a los niños que, en la plaza, jugaban a entierros y bodas; y el desierto, austero y atractivo a la vez, donde ayunó cuarenta días y cuarenta noches; y Betania, donde resucitó a su amigo Lázaro, el hermano de Marta y María (al pasar por los campos de Betania, San Isidro cogió un manojo de flores silvestres); y Jerusalén, cerrada en su muralla, la ciudad santa, a cuya vista Jesús, desde el monte de los Olivos, lloró; y Getsemaní, con sus viejísimos olivos; y la colina del Calvario, desde donde, en las tinieblas del Viernes Santo, subió al cielo un poderoso grito: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Y el sepulcro nuevo, excavado en la blanca roca, entre mirtos y rosales en el jardín.
Así San Isidro fue visitando todos los lugares que deseaba, los que conocía muy bien de nombre por el Evangelio que escuchaba cada domingo en la misa. Y en todos estos lugares vio a los hijos de los hijos de los hijos de los que habían contemplado el bendito rostro del Salvador, hombres que iban a su trabajo en los campos, mujeres que venían de la fuente con sus cántaros en la cabeza, niños que jugaban por las calles y plazas. Y todos vestidos de forma extraña, como los que se habían sentado un día en la verde hierba para comer de los cinco panes y dos peces. Ante este pensamiento, San Isidro rompió a llorar. El ángel le preguntó: "¿Por qué lloras?"
"Lloro por no haber vivido entonces, cuando el Señor recorría estos campos, para haber podido contemplar su rostro". De repente, como en un sueño, los dos se encontraron a la orilla del mar. Amanecía. En el centelleo de las aguas, San Isidro vio una barca de pescador que se mecía a pequeña distancia de la orilla, pero no había nadie en ella; otra barca estaba sobre la arena en la playa. Y mitad en la arena, mitad en el agua que chapoteaba suavemente, aprisionados en las redes, más de un centenar de grandes peces se agitaban y brillaban al sol. Y cerca de las redes, en tierra, había una lumbre, en cuyas brasas se estaban asando unos peces. Y a un lado del fuego había siete hombres, uno de ellos acurrucado y tiritando bajo su empapada túnica de pescador; y al otro lado del fuego, una figura que irradiaba bondad y majestad, a la que los siete hombres miraban con gozo y temor reverencial. Y San Isidro, dándose cuenta de que aquél era el Señor, lo contempló gozoso y estremecido a la luz suave de aquel amanecer.
El santo labrador no podría decir cuánto duró aquella visión gozosa. De repente también todo cambió. San Isidro y el ángel quedaron solos. "Ya has visto como deseabas", dijo el ángel. "Dame la mano para que no olvides".
San Isidro extendió la mano. El ángel la abrió y, poniendo la palma hacia arriba, la golpeó con la suya. San Isidro dejó escapar un grito por el dolor del golpe, y cayó al suelo sin sentido.
Cuando se despertó por la mañana, el sol estaba ya alto en el cielo de Madrid, y el peregrino había reemprendido su viaje de regreso. Pero la humilde casa del labrador estaba llena de una celestial fragancia. San Isidro buscó y sobre su cama vio las flores silvestres que había cogido en los campos de Betania, flores rojas, amarillas, azules, más hermosas y con más delicado aroma que las que crecían en los campos de Madrid.
Entonces -exclamó San Isidro- ¡no ha sido un simple sueño!.
Se miró la mano y vio que en la palma tenía unos trazos azules, parecidos a los que suelen verse en los brazos de caminantes y hombres de mar. Más tarde, San Isidro supo que aquellos trazos eran letras hebreas, las que formaban el nombre de JERUSALÉN.
Mientras vivió, estas letras traían a su memoria todas las maravillas que había podido ver aquella noche memorable. Pero hicieron más que esto, pues cada vez que fijaba en ellas la mirada recordaba gozoso las palabras del Señor: "¿Acaso puede una madre olvidar a su niño de pecho?" Sí, ella puede olvidar, pero yo no te olvidaré, pues te he grabado en las palmas de mis manos...
viernes, 12 de mayo de 2023
TURQUÍA: LA RUTA DE SAN PABLO DEL 4 AL 14 DE JULIO
jueves, 11 de mayo de 2023
CROACIA, ESLOVENIA, BOSNIA-HERZEGOVINA: DEL 6 AL 15 DE JUNIO
martes, 9 de mayo de 2023
LA ORDEN DE CABALLERÍA DEL SANTO SEPULCRO ORGANIZA CAMPOS DE TRABAJO EN TIERRA SANTA
Os informamos que la Orden de Caballería del Santo Sepulcro organiza campos de trabajo en Tierra Santa de la Lugartenencia de España Occidental-Capítulo Noble de Castilla y León, serán del 14 al 31 de julio del 2023 en Jerusalén y Belén.
Ya está abierto el plazo para inscribirse.
Un año más, la Lugartenencia vuelve a ofrecer la posibilidad de realizar un servicio en la misma Tierra Santa.
Os dejo este enlace con más información:
https://www.ordendelsantosepulcro.org/voluntariado-tierra-santa-2023/
También os dejo la ficha de inscripción:
FICHA DE INSCRIPCIÓN OCSSJ 2023
La persona que esté interesada puede contactar por: