jueves, 21 de febrero de 2019

“Vivir cada paso tras las huellas del Señor": Testimonios de peregrinos a Tierra Santa.

Paz y Bien.

Siguen llegándonos testimonios de peregrinos que, una vez concluida su peregrinación a Tierra Santa, quieren compartir con nosotros su experiencia de fe. Hoy os dejamos tres que no tienen desperdicio, los de Óscar, Carmen y Juan Carlos. Gracias a los tres por compartir tan íntimas experiencias que seguro nos enriquecerán y a más de un lector le animará a visitar los Santos Lugares de nuestra Redención. Ya sabéis que tenéis más de 200 oportunidades de salida este año.

Podría pensarse que realizado un primer viaje a Tierra Santa, la capacidad para el asombro desaparece y que en ulteriores visitas debería acudirse, con la debida adaptación, a la estrategia de aquel sacerdote del que hablaba don Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres, en una de sus cautivadoras homilías. Narraba don Francisco que el clérigo en cuestión tenía en la puerta de salida de la sacristía al presbiterio un cartel en el que se podía leer: “Celebra esta Eucaristía como si fuera la primera, la última, la única”. Sin embargo, en opinión de quien esto escribe, que ha tenido el inmerecido privilegio de pisar la tierra pisada por Cristo en varias ocasiones, la última el pasado mes de enero, semejante recordatorio no resulta necesario.
En efecto, el recordatorio no resulta necesario pues cada nueva peregrinación a Tierra Santa es o, al menos, puede ser “la primera, la última, la única”, sea ello porque varían las personas que te acompañan en el recorrido (en la última ocasión, un maravilloso grupo de peregrinos abiertos a la recepción de las gracias que allí se reparten, grupo que el peregrinaje convirtió en familia), sea porque la estación del año añade matices diferentes (del frío intenso el pasado invierno jerosolimitano a la apacible primavera en la Galilea del 2017, pasando por el asfixiante calor del verano del 2009 en las orillas del Mar Muerto), sea porque  los Santos Lugares se te ofrecen de distinta manera (puede que descubras algún emplazamiento ignorado o que visualices otros conocidos desde una perspectiva diferente), sea porque llegues a experimentar nuevas vivencias (así ocurrió en el último viaje con el testimonio de cinco monjas del Instituto del Verbo Encarnado quienes viviendo de la Providencia –así lo afirman con rotundidad - se encargan día y noche cerca de la Basílica de la Natividad del Señor, de sus “renglones torcidos”: 34 niños, muchos de ellos abandonados y todos ellos dolientes criaturas: esquizofrénicos, síndrome de down, con parálisis cerebral…) o, en fin, sea porque tras la experiencia en la Tierra de Jesús tú mismo eres diferente. Y es que, como en cierta ocasión oí comentar a Noelia Ávila, directora de Halcón Peregrinaciones: “Cuando regresas a tu casa tras haber visitado Tierra Santa todo sigue igual pero tú ya no eres el mismo”.
Es cierto que ya no eres el mismo y es que, junto a la aseveración de que Tierra Santa es el “quinto Evangelio” y de que en su variada orografía se contiene la “geografía de la Redención”, quien esto escribe, siguiendo lo intuido por san Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual (“… Mil gracias derramando/ pasó por estos sotos con presura/ y yéndolos mirando/ con sola su figura/ vestidos los dejó de hermosura...”), se atreve a afirmar que, por acción de la Gracia que allí se reparte de manera especial, la peregrinación a Tierra Santa es el “octavo Sacramento”. 
Oscar Roa

Oír, ver, oler y tocar. El viaje a Tierra Santa está hecho para todos los ‘Tomás’ que pueblan la Iglesia y que, como yo, necesitan hundir su mano en el costado de Cristo para reconocer en Él al Resucitado. Escuchar el agua de las fuentes de Jericó de las que bebió; palpar las piedras negras de Cafarnaúm sobre las que pisó y vivió con sus amigos; contemplar desde una barcaza del Tiberiades la misma costa que veía cuando pescaba con ellos; dejarse sorprender por el verde, tan verde, de Galilea; descender del Monte de los Olivos hacia la muralla milenaria de Jerusalem y traspasar con los ojos la ahora clausurada Puerta Dorada por la que cruzó, en clave profética, a lomos del borrico; besar el reblandecido mármol del pesebre y descubrir que el de Belén nunca fue un portal sino un sótano para los animales; dejarse bautizar en el Jordán y flotar en el Mar Muerto; pisar una tumba con piedra corredera como la de José de Arimatea; sentirse tocado por la zozobra y la algarabía, por la angustia y la indiferencia de la Vía Dolorosa... Eso es: Sentir. Porque lo que uno se topa allí no es con un parque temático, sino con una experiencia personal y cierta. Abstenerse ‘ingenieros’ e ‘influencers’: El viaje a Tierra Santa es un dejarse llevar. Para los descreídos, como mínimo, un camino hasta el origen mismo de nuestra cultura. Para los creyentes, una oportunidad para el Encuentro. Para los ‘Tomás’ del Siglo XXI, para los tantos ‘hombres de poca fe’, un choque emocional y un viaje al fondo... de sí mismo.
Carmen Remírez de Ganuza
Hablar de mi experiencia en Tierra Santa, implica volver a vivir cada paso tras las huellas del Señor, pero antes, debo compartir que era un poco incrédulo sobre lo que se pudiera experimentar en tal peregrinación, y no ha sido, sino llegar a esa tierra bendita, y experimentar la presencia de Dios, de una manera especial. Para este encuentro con Dios, son necesarias las cosas que nos son tan habituales, que nos pasan desapercibidas. Hablo de los otros hijos de Dios, los mismos compañeros de camino, el ambiente de oración, las celebraciones sacramentales. Todo esto unido a los lugares, aromas, rostros y comidas, santuarios y oratorios donde se hace memoria del nacimiento, vida, obra, muerte y resurrección del Señor, son los elementos fundamentales para celebrar la fe en Tierra Santa.
Lo que para mí ha sido una sorpresa, ha sido la forma en que el Señor ha ido impregnando mi corazón de su palabra, para reconocerle al partir el Pan, para encontrarle en ese lago tan maravilloso de Galilea navegando con nosotros, para encontrarle crucificado en el Calvario, pero sobre todo, para ser su discípulo dando testimonio de que es la vida, porque he visto que su sepulcro, está vacío. 
Podría escribir muchas páginas de esta extraordinaria experiencia, pero termino diciendo que todo cristiano que pueda, haga esta peregrinación, y si es de mano de los Hermanos menores, mejor, porque he comprobado que son un elemento fundamental para conocer cada detalle de Tierra Santa. No cabe duda, que este viaje me ha hecho pensar, y renovar mi vida de fe. PAX”.
Juan Carlos (monje benedictino)

martes, 19 de febrero de 2019

Proyecto solidario espacio lúdico infantil en la parroquia de Beit Hanina (Jerusalén)

Espacio parroquial para juegos infantiles
Paz y Bien.

Por indicación de la Custodia de Tierra Santa, el pasado miércoles 13 de febrero, fr. Bernard, párroco franciscano en Jerusalén (en un suburbio al norte de la ciudad, barrio árabe cristiano de Beit Hanina) nos presentaba a nuestra Comisaría de Tierra Santa este proyecto: comprar y colocar columpios y juegos infantiles para los niños en el terreno de la parroquia
Ejemplo de articulo a adquirir
Son 250 familias cristianas, con alrededor de 1.000 miembros, los que viven en ese barrio, y, según nos contaba, apenas tienen espacio para jugar los niños. Deben jugar sobre el asfalto de la carretera, con peligro de coches y sin apenas juguetes.
Ejemplo de articulo a adquirir
El deseo de fr. Bernard es habilitar el espacio que tienen, para que los niños, de 3 a 10 años especialmente, puedan jugar tranquilamente, mientras sus padres están allí cuidándolos, en el entorno de la parroquia, y en contacto con el párroco. 
Modelo de juego infantil a instalar
Nos contaba fr. Bernard que, viniendo los niños a jugar, vienen los padres y hermanos mayores, y es más fácil convocarlos para las diversas actividades pastorales del curso, catequesis, etc.
Espacio parroquial para juegos infantiles
En concreto, para nuestra Comisaría de Tierra Santa, se solicita la suma de 59.002 NIS, es decir, 14.398 €. Contamos con vuestra generosidad, pues es deber de todos nosotros, cristianos, ser agradecidos y cuidar a la Iglesia madre de Jerusalén en sus necesidades.

Quienes estéis interesados en colaborar con este nuevo proyecto podéis hacerlo a través de nuestra cuenta:

BANCO POPULAR IBAN ES30 0075 7007 8606 0673 3003

Rehabilitación de casas de cristianos en Jerusalén: Situación actual.


Paz y Bien.

En febrero del pasado año 2018 os presentábamos este proyecto de ayuda para rehabilitar algunas casas de la pequeña comunidad cristiana de Jerusalén que, en muchos casos, se ve con serias dificultades para sobrevivir debido a la escasez de recursos económicos por la falta de trabajo.
Como os decíamos entonces, los franciscanos de Jerusalén supervisan las obras, para optimizar los recursos y conseguir que salga todo mejor y más económico.

Los donativos recogidos desde el principio hasta hoy ascienden a 24.059,10 €. de los cuales ya les hemos enviado 20.000€.

Durante la pasada semana, nuestro Vicecomisario pudo comprobar in situ la marcha de las obras.
Muchas gracias por vuestra generosidad en favor de los hermanos más desfavorecidos de la Tierra Santa. Que el Señor os bendiga.

domingo, 17 de febrero de 2019

Nuevos donativos para el Colegio Español El Pilar, de Jerusalén

Paz y Bien.

El pasado 13 de febrero, fr. Luis Quintana, Vicecomisario de Tierra Santa, entregó a la Hna. Marta Gallo (directora del Colegio del Pilar en Jerusalén) una nueva remesa de donativos recogidos por nuestra Comisaría: 5.000 €. 

Esto supone una inyección de recursos, y a la vez de ánimo y esperanza, para la tarea que las hermanas vienen desarrollando en favor de las niñas. 
Muchas gracias a todos los que los habéis aportado. Que el Señor os lo premie y os dé su Paz.

VER ENTRADA CON LA DESCRIPCIÓN DE PROYECTO

viernes, 15 de febrero de 2019

Encuentro en Tierra Santa con la ONG "Youth Wake Up!"


Paz y Bien.

A principios de semana, nuestro Vicecomisario, fr. Luis Quintana y algunos hermanos más, pertenecientes a la Comisión Provincial de Pastoral Juvenil y Vocacional, tuvieron un encuentro en Tierra Santa con miembros de la ONG "Youth Wake Up!" en el que trataron sobre la mutua colaboración en temas de voluntariado en Tierra Santa.

YWUp! es una ONG que nació con la vocación de construir proyectos en aquellos lugares donde el acceso de otras entidades o la presencia de voluntarios es más compleja debido a conflictos o situaciones de emergencia.

En estos lugares trabajan con entidades locales que les permitan tener un acceso directo a aquellos colectivos que más lo necesitan, a través de programas de voluntariado local y de su participación en proyectos que permitan desarrollar de forma sostenible las comunidades, buscando siempre colaborar con los colectivos más débiles de la sociedad.
WEB http://www.youthwakeup.org/

Gracias por vuestra entrega en favor de los más desfavorecidos. Que el Señor os bendiga.