El 24 de junio, en la iglesia de la Natividad de San Juan Bautista en Ein Karem, se celebró la conmemoración del nacimiento del precursor de Cristo, hijo del predicador Zacarías y de Isabel, prima de María, de origen humilde. Como siempre, los frailes de la Custodia tuvieron el honor de participar en la Eucaristía en memoria de la vida del santo en el lugar de su nacimiento.
El sábado, los franciscanos del convento de San Salvador se dirigieron en oración a la iglesia de San Juan en el Desierto, tradicionalmente asociada a la infancia del santo, que se encuentra también en el pueblo de Ein Karem, a unos diez kilómetros de la ciudad vieja de Jerusalén. El momento de oración fue seguido de una cena compartida entre todos los asistentes.
La misa del domingo, día de la solemnidad de San Juan, fue presidida por el padre Custodio fray Francesco Patton. Entre las autoridades civiles presentes, se encontraba también el cónsul general de España en Jerusalén, Rafael Matos González de Careaga. En la Eucaristía, en la que participó una multitud de personas de diferentes nacionalidades y se celebró principalmente en latín e italiano, el padre Custodio pronunció la homilía: “Tenemos el deber de descubrir el valor de cada persona – dijo – y esto es más que evidente en San Juan Bautista, hijo de una pareja anciana y estéril que encuentra en Dios la ayuda y la razón de un nacimiento tan inesperado. Esta es la revelación de lo importantes que somos a los ojos de Dios, que tiene un proyecto reservado para cada uno de nosotros. Antes o después, en nuestra vida surge una llamada, una propuesta por parte del Señor”.
La celebración finalizó con la procesión al interior de la gruta en la que la tradición sitúa el nacimiento de San Juan Bautista.
El grupo de peregrinos que está acompañando estos días nuestro hermano Fray Juan Pedro Ortega tuvo la dicha de coincidir ese día en Ein Karem y nos envió alguna de estas fotos.
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