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FRAY
FRANCESCO PATTON, NUEVO CUSTODIO DE TIERRA SANTA
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"El Definitorio General de los Hermanos Menores, obtenida la aprobación de la Santa Sede, ha elegido como nuevo custodio de Tierra Santa a fray Francesco PATTON .
El fray Francesco sucede a fray Pierbattista PIZZABALLA, que ha ocupado el cargo durante los últimos doce años.
EL
PAPEL DEL CUSTODIO EN TIERRA SANTA Y EN ORIENTE MEDIO
La figura del custodio es especialmente significativa para la Iglesia de Tierra Santa y de Oriente Medio.
• En Tierra Santa
En Tierra Santa, el custodio, además de ser el guía de la Custodia de Tierra Santa, considerada la primera misión de la Orden de los Hermanos Menores, es también miembro de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa (AOCTS), que reúne a todos los obispos y vicarios episcopales católicos de rito latino y oriental.
En Tierra Santa, la presencia de los franciscanos está atestiguada desde el siglo XIII. El custodio de Tierra Santa, en nombre de la Iglesia católica, se encarga del cuidado y custodia de la mayor parte de los santos lugares de la Encarnación de Jerusalén, además de las «piedras vivas» de Tierra Santa, es decir, de la comunidad católica presente en el territorio; es además el interlocutor ante las Iglesias griega ortodoxa, armenia, copta, siríaca y etíope, cuyas relaciones están reguladas por el Statu Quo, un reglamento consuetudinario que codifica las relaciones entre las distintas Iglesias.
• En Oriente Medio
Ya que el territorio de la Custodia se extiende por distintos países –Israel, Palestina, Líbano, Siria, Jordania, Chipre y Rodas y, en El Cairo (Egipto), el convento del Muski - el custodio está también en contacto con los respectivos patriarcas, obispos y nuncios apostólicos de estos países.
Además, la situación actual de Oriente Medio obliga al custodio a seguir la actualidad de la vida política y social de distintos países para decidir las prioridades de la misión de los frailes franciscanos allá donde están presentes, y está llamado a adaptar continuamente tal misión a las necesidades de los cristianos locales, con la solicitud de ser portador para ellos de la esperanza que viene de Cristo, pero también de proveer a las necesidades materiales para su sustento.
A lo largo de los siglos, la Custodia de Tierra Santa ha desarrollado una red de obras sociales, educativas y culturales precisamente para conservar, mantener y revitalizar la fe en Cristo y la vida cotidiana de las comunidades locales.
• Al servicio de la Iglesia universal
La Custodia, además de estar atenta a las comunidades locales, tiene también el deber de acoger en todos los santuarios que están bajo su jurisdicción (cincuenta y cinco) a los peregrinos y a los turistas extranjeros, transformando su experiencia de Tierra Santa en el Quinto Evangelio –según la expresión del papa Pablo VI-.
La Custodia, junto con su superior que la guía, hacen visible así el carácter universal de esta tierra elegida por Dios.
Por este motivo, el custodio debe estar también atento a las aspiraciones espirituales y a las necesidades materiales de los peregrinos, asegurando al mismo tiempo la preservación de los santos lugares.
El procedimiento en la elección
El Definitorio General de la Orden de Hermanos Menores elige al custodio con la aprobación de la Santa Sede. Con anterioridad se produce una consulta entre los frailes de la Custodia bajo la guía del P. visitador canónico.
• La votación de los frailes de la Custodia
La consulta a los frailes de la Custodia se realiza con escrutinio secreto en dos turnos de votaciones. Cada fraile puede elegir los nombres de tres potenciales candidatos.
El resultado de la primera votación es público, mientras que el segundo es secreto. Solo los primeros doce nominados más votados en el primer turno se incluyen en la lista de candidatos a la segunda votación; los nombres de los tres más votados en este segundo turno son enviados al Definitorio General de la Orden de los Hermanos Menores en Roma.
• El voto del Definitorio y la aprobación de la Santa Sede
El Definitorio elige al custodio teniendo en cuenta el resultado de la votación de los frailes de la Custodia, al que libremente puede añadir los nombres de otros candidatos, incluso de frailes ajenos a la Custodia, si considera que cumplen los requisitos y aptitudes requeridas en el momento actual de la vida de la Custodia y de la región de Oriente Medio.
La elección del Definitorio la presenta el ministro general a la Congregación para las Iglesias Orientales, que la valora y aprueba.
Obtenida la ratificación y habiendo aceptado el nombramiento el candidato, el ministro general con el Definitorio de la Orden informa al visitador general, el cual da la noticia a la Custodia.
Ingreso solemne del Custodio en ejercicio de sus funciones
Tres ceremonias señalan la entrada en funciones del nuevo custodio
• Ingreso solemne en Jerusalén
El ingreso comienza en la Puerta de Jafa y se hace en dirección al convento de San Salvador, sede de la Curia custodial (Casa madre). El custodio saliente, junto con el guardián del convento de San Salvador y el visitador canónico, recibe a su sucesor.
Después que el visitador ha dado lectura al Decreto de nombramiento, el custodio saliente coloca solemnemente al nuevo custodio el sello de la Custodia, sobre el que está impreso: «Sigillum Guardiani Sacri Conventus Montis Sion».
El custodio presta juramento y, finalmente, todos los frailes le prometen obediencia.
• Ingreso solemne en el Santo Sepulcro
En un segundo momento, desde la iglesia del convento de San Salvador, los frailes se dirigen hacia el Santo Sepulcro para realizar el ingreso solemne y el nuevo custodio es recibido por los superiores de las tres comunidades residentes mayores: griego ortodoxa, franciscana y armenia.
• Ingreso en Belén
Partiendo de Jerusalén se recorre el antiguo Camino de los Patriarcas, con las tradicionales paradas en el convento de Mar Elías -donde empieza el territorio de las tres ciudades cristianas de Belén, Beit Sahur y Beit Yala-, se sigue hasta la tumba de Raquel y se llega a la basílica de la Natividad.
Tras haber sido recibido por el guardián franciscano de la comunidad local, el Custodio entra por la puerta llamada de la humildad, que introduce a la nave de la iglesia justiniana, donde es recibido por los superiores de las comunidades griega ortodoxa, franciscana y armenia. Después, los frailes se dirigen hacia la iglesia de Santa Catalina, parroquia gestionada por los franciscanos.
El primer mandato del custodio tiene una duración de seis años y puede ser renovado por otros tres y, excepcionalmente y si así lo desea una gran mayoría de frailes, puede ejercer su cargo por otros tres años más.
Los Estatutos que han regido el ordenamiento jurídico de la Custodia de Tierra Santa hasta los años ochenta del siglo pasado, fueron aprobados en 1746 por el papa Benedicto XIV, con el breve In Supremo. En base a ellos, el custodio, que había sido siempre italiano por tradición, pasa a serlo por derecho. Solo en rarísimos casos han sido elegidos custodios de otras nacionalidades: el P. Martín de Aragón (1375), P. Gerardo de Aquitania (1392) y el P. Mauro, español (1501). Según tales Estatutos, el vicario custodial era de nacionalidad francesa y el procurador siempre español. Abrogados estos Estatutos, hoy el custodio de Tierra Santa puede pertenecer a cualquier nacionalidad y, el vicario custodial, para garantizar la internacionalidad, deberá ser de un grupo lingüístico diferente.”
¡Que el Señor le bendiga y le conceda sabiduría para llevar a cabo dignamente esta misión!